Luego —y quizá por intercesión divina—, el doctor Hernández fue creciendo en sus otras pasiones como el simpatía a Jehová por encima de todas las cosas; por su familia, una humilde y sencilla que forjaron sus padres campesinos llegados de la Barinas rural a un Isnotú aún herido por la pobreza.Al realizarse la tomografía respectiva, los